Declive en las poblaciones de anfibios

El sapo dorado (Incilius periglenes) fue uno de los primeros indicadores del declive anfibio. Considerado abundante, fue visto por última vez en 1989. Se reprodujo por última vez en números normales en 1987. En 1988, solamente 8 machos y 2 hembras fueron encontrados. En 1989, encontraron un solo espécimen macho, siendo este el último registro de la especie.

Desde el año 1980 se ha registrado un dramático declive en las poblaciones de anfibios de todo el mundo,[1][2][3][4]​ caracterizado por colapsos en las poblaciones y extinciones masivas localizadas.

En el año 1993 las poblaciones de más de 500 especies de ranas y salamandras de los cinco continentes presentaban un declive en su población.[5]​ El declive anfibio está afectando a miles de especies en todo tipo de ecosistemas, por lo que se ha catalogado como una de las amenazas más críticas a la biodiversidad global.[6]

Los declives y las extinciones masivas en las poblaciones de anfibios son un problema global con causas locales complejas. Entre las causas podemos encontrar: incrementos en los índices de radiación ultravioleta (consecuencia de la debilitación de la capa de ozono atmosférico), nuevos depredadores en los ecosistemas actuales (especies introducidas), fragmentación y destrucción de hábitat, toxicidad y acidez ambiental, enfermedades emergentes, cambios climáticos, e interacciones entre estos factores.

Inicialmente, los reportes sobre el dramático declive anfibio no fueron tomados en cuenta por toda la comunidad científica, algunos científicos argumentaban que las poblaciones de animales, como las de los anfibios, varían con el tiempo. Hoy se ha consensuado que han ocurrido alarmantes declives en las poblaciones de anfibios de todo el globo,[7][8][9][10][11][12]​ y se espera que los declives continúen aumentado.[13]

Dado que los anfibios tienen generalmente un ciclo de vida de dos fases, el larvario (acuático) y el adulto (terrestre), son sensibles a cambios producidos en cualquiera de los dos ambientes. Debido a este aspecto y al hecho de que su piel es altamente permeable, se piensa que los anfibios pueden ser más susceptibles a las toxinas del ambiente, o a los cambios en los patrones de temperatura, lluvias o humedad, que otras especies de vertebrados terrestres.[7][14]​ Los científicos se están empezando a referir a los anfibios como canarios en una mina de carbón, para hacer referencia a un indicador de la contaminación generada por la actividad humana, y que probablemente pronto empiecen a verse afectadas otras especies de animales.

  1. Conservation International Press Release - Anfibios en Dramático Declive.
  2. eco2site Archivado el 20 de diciembre de 2008 en Wayback Machine. Catastrófico declive de anfibios advierte significativa degradación ambiental.
  3. FrogWatch USA Archivado el 1 de diciembre de 2008 en Wayback Machine. Amphibian Decline: Frogs still in a fix.
  4. *Howstuffworks Are frogs on the brink of extinction?
  5. Vial J. L., Saylor, L. 1993. The Status of Amphibian Populations: a Compilation and Analisis. IUCN/SSC Declining Amphibian Taskforce. Work. Doc. No. 1.
  6. Alford, Ross A., Stephen J. Richards. 1999. «Global Amphibian Declines: A Problem in applied ecology.» Anual Review of Ecology and Systematics, Vol. 30. (1999), pp. 133-165.
  7. a b Vitt, L. J., Caldwell, J. P., Wilbur, H. M., Smith, D. C. 1990. «Amphibians as harbingers of decay.» BioScience 40:418-18
  8. Pechmann, J. H. K., Wake, D. B. 1997. «Declines and disappearances of amphibian populations.» En Principles of Conservation Biology. Coordinadores; Meffe, G. K. & C. R. Carroll, pp. 135-37. Sunderland, MA: Sinauer. 2nd ed.
  9. Blaustein, A. R., Wake, D. B., Sousa, W. P. 1994. «Amphibian declines: judging stability, persistence, and suceptibility of populations to local and global extinctions.» Conserv. Biol. 8:60-71.
  10. Corn, P. S. 1994. «What we know and don't know about amphibian declines in the west.» En Sustainable Ecological Systems: Implementing an Ecological Approach to Land Management. Coordinadores: DeBano, L. F. & W. W. Covington, pp. 59-67. Fort Collins, CO:USDA For. Serv. Rocky Mountain For. Range Exp. Station.
  11. Kuzmin, S. 1994. «The problem of declining amphibian populations in the Commonwealth of Independent States and adjacent territories.» Alytes 12:123-34
  12. Waldman, B., Tocher, M. 1998. «Behavioral ecology. generic diversity, and declining amphibian populations.» En Behavioural Ecology and Conservation Biology. Coordinador: T. Caro, pp. 394-443. New York: Oxford Univ. Press.
  13. Stuart, S. N., J. S. Chanson, N. A. Cox, B. E. Young, A. S. L. Rodrigues, D. L. Fischman y R. W. Waller. 2004. «Status and trends of amphibian declines and extinctions worldwide.» Science 306:1783-1786.
  14. Blaustein, A. R. & D. B. Wake. 1990. «Declining amphibian populations: a global phenomenon?» Trends in Ecology and Evolution 5:203-204.

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